Descripción de los arquitectos. El Colegio San Kevin había superado la capacidad del centro de música existente en su campus Glendalough de nivel de educación básica. El encargo consistía en una nueva instalación para satisfacer las necesidades de su creciente programa de música, tanto para los estudiantes de básica, como para los de educación media del campus Heyington, y generar un espacio accesible a la comunidad escolar para hacer sus presentaciones y reuniones.
El sitio es estrecho y empinado, delimitado por departamentos residenciales en el poniente y el hall escolar hacia el oriente. El diseño toma en consideración estas y otras limitaciones proporcionando una respuesta que trata el temas de una mayor amplitud visual, la escala, el interés por el paisaje urbano y la aislación acústica con los vecinos. La necesidad de proporcionar un acceso seguro y equitativo para la escuela y parte pública se abordó a través de la creación de una galería central para pasear y reunirse de manera informal. Dos portales conectan la entrada de la escuela al acceso público.
Planta primer piso
El centro de música ofrece un gran espacio para ensayar y dar recitales, con una galería de público, mientras que una serie de pequeños y medianos espacios brindan oportunidades para la práctica individual y de grupo, y para varios instrumentos
La expresión arquitectónica exterior del nuevo centro de música consiste en una paleta de materiales macizos, respondiendo al polideportivo adyacente revestido en zinc oscurecido, y tomando en cuenta la apariencia del patrimonio arquitectónico del Monasterio de San Kelvin en Irlanda, con su construcción de granito sólido y pequeñas troneras; lo cual se logra con ventanas de triple acristalamiento que proporcionan un rendimiento acústico y térmico mejorado. A través de la continuidad de los materiales, el centro musical se integra en la composición de los edificios que forman la fachada pública de la universidad en la carretera Lansell.
Un nuevo oratorio ha sido creado como un lugar de reflexión personal. Se ingresa a través de un espacio comprimido a un pequeño espacio de techo alto. A excepción de un solitario mosaico negro y dorado que celebra a San Kevin, el espacio está revestido de piedra azul para generar una sensación monástica. Dos pequeñas aberturas permiten la entrada de la luz solar: uno al poniente proporciona luz ambiental a través del día, mientras que una hendidura de pared a techo ofrece un eje dramático de la luz que marca la hora del día, el rayo de luz cae sobre el mosaico en la mañana del 03 de junio todos los años, en el día de San Kevin.
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